7 cosas que me gustaría haber sabido antes de hacer los últimos 100 km del Camino de Santiago

1. Puedes comprar tu Pasaporte Peregrino/Credencial prácticamente en cualquier sitio.

Para obtener tu Compostela -el certificado que obtienes por completar un Camino (y junto con él el perdón eterno)- necesitas caminar al menos 100 km y obtener una prueba de ello en forma de Pasaporte del Peregrino o Peregrino Credencial, que debe ser sellado al menos dos veces al día (normalmente una vez en el camino -en una iglesia/café/ayuntamiento- y luego en tu alojamiento). Querrás conseguir una tan pronto como llegues y la información sobre dónde puedes conseguirla es escasa, pero no te preocupes, las venden por unos 1,50-2 € a lo largo de la ruta en tiendas de ropa, iglesias, ayuntamientos e incluso en algunos albergues (albergues de excursionistas)/hoteles y cafeterías.

2. Hablan "español", pero no como tú lo conoces

Los últimos 100 km del Camino te llevarán por la maravillosa región de Galicia. Aquí parece que has retrocedido en el tiempo, con muchas prácticas agrícolas que todavía se realizan a mano en lugar de con maquinaria industrial. Aquí también el idioma es un poco diferente. En lugar del castellano -el que la mayoría de nosotros aprendemos en los libros/clases-, es el gallego, que no únicamente tiene un dialecto diferente, sino también un vocabulario completamente distinto.

3. No hay mucha sombra/refugio.

El último tramo gallego del sendero serpentea por el campo, los pueblos y las aldeas. Aunque hay algunos tramos maravillosos bajo los árboles, hay muchos tramos sin ningún tipo de refugio natural para protegerse del sol abrasador o de la lluvia torrencial (espera ambas cosas, incluso en verano, por algo es tan verde). Así que asegúrate de llevar ropa impermeable y crema solar; ¡también es buena idea llevar repelente de insectos!

4. Puedes arreglártelas con muy poco...

A diferencia de otros caminos de larga distancia, el Camino (y en particular los últimos 100 km) está ridículamente bien servido con cafés, bares y tiendas y los omnipresentes albergues. Esto significa que no es necesario llevar una gran mochila con toda la comida del día. Llévate una botella de agua llena (puedes rellenarla en la ruta; hay bastantes fuentes de agua) y unos cuantos tentempiés por si te entra hambre; si no, llévate la cartera, y disfruta de la abundante (y sorprendentemente razonable) comida y bebida del camino.

5. No necesitas apresurarte para llegar a la Misa del Peregrino.

El momento en el que sientes que tu peregrinación ha llegado realmente a su fin es cuando estás sentado (o a menudo de pie, se llena de gente, para conseguir un asiento llega al menos 1 hora antes del comienzo) en la Catedral y sacan el botafumeiro gigante -un enorme recipiente de incienso de 53 kg que hacen oscilar en el aire a lo ancho del edificio con una cuerda- para limpiar el aire/los peregrinos. Se dice que alcanza una velocidad de hasta 68 km/h y es un verdadero espectáculo, pero solo garantizan que lo hacen una vez a la semana, concretamente el viernes (aunque no el viernes santo; suelen utilizarlo en otras ocasiones, pero nunca está garantizado). Celebran misas especiales para peregrinos dos veces al día (a las 12 y a las 19.30 horas); muchos peregrinos se levantan el último día y salen en la oscuridad corriendo para llegar a la misa del mediodía, pero no es necesario. Es la misa de las 19.30 horas la que promete hacer oscilar el botafumeiro - así que ve más despacio y saborea tu último día de camino, tienes tiempo de sobra.

 

6. No te pierdas estas vistas

Mientras las multitudes se adhieren firmemente al Camino propiamente dicho en los últimos kilómetros hasta Santiago, asegúrate de no perderte uno de los puntos más destacados. En el Monte de Gozo, la mayoría de la gente se acerca al enorme monumento de piedra hecho en honor de la visita del Papa en 1989, se hace una foto y sigue caminando. Pero se pierden algo especial. A solo 10 minutos del camino (en dirección a Santiago, camina hacia tu izquierda en línea prácticamente recta y cruza la carretera para caminar ligeramente hacia arriba) está el verdadero Monte de Gozo. Significa Monte de la Alegría, y es desde este lugar donde -desde el comienzo del Camino- los peregrinos se arrodillaban y lloraban al ver por primera vez las agujas de Santiago de Compostela, el final de su viaje. Ahora está marcado con dos estatuas de peregrinos que señalan a Santiago y es el único sitio donde se puede obtener esta vista.

7. No puedes tocar (ni ver actualmente) la famosa estatua de Santiago

Si has visto la película El Camino habrás oído que un peregrino termina su viaje en las puertas del Pórtico da Gloria de la catedral y apoya su mano en los pies de la estatua de Santiago, donde miles de peregrinos han hecho lo mismo antes que tú. Sueñas con ese momento cada día que caminas, pero... ya no puedes hacerlo. Debido a la hendidura cada vez mayor creada por cientos de años de manos humanas que la han tocado, la diócesis la acordonó y prohibió que la gente la tocara.

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